Las cajas registradoras

 Las cajas registradoras son unos útiles artículos que se han convertido en imprescindibles para cualesquier comercio que se abra, sin importar el tipo de actividad económica a la que se dedique.

La primera caja registradora fue fabricada en los Estados Unidos a finales del siglo XIX con el propósito de poder llevar un registro confiable de las entradas y salidas de dinero de su local de ocio y de este modo evitar que sus empleados le robaran dinero. Con la llegada de un segundo comercio vendió los derechos sobre la patente del invento a un fabricante de cristalerías, que acabó por revenderlos a una empresa que le incorporó el conocido rollo de papel con el que se emiten los tickets que durante tantos años ha servido tanto a clientes como a tenderos para llevar un registro y demostrar que el artículo se adquirió en el establecimiento. A esto además se le acabó por incluir un motor eléctrico, con lo que las cajas registradoras ya presentaban la misma forma de las que han llegado hasta nuestros días.

Hoy, a pesar de la llegada de los ordenadores modernos, todavía encontramos una gran cantidad de cajas registradoras en tiendas de barrio e incluso en cadenas de tiendas importantes, por lo que todavía existen empresas dedicadas a la fabricación de rollos de papel de calidad para imprimir en ellos los respectivos tickets de compra que se entregan a los clientes cada vez que hacen una compra y que sirven como documento para demostrar la compra en caso de que haya algún problema.

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